Siete tesis sobre la religión y el estado

1. La sociedad y el Estado son laicos, no ateos. Y lo son porque la sociedad es plural y tiene como referencia mayoritaria a Dios. Solo una pequeña minoría de personas no creen en Dios. De ahí la neutralidad, y no el ateísmo, del Estado.

2. Estado laico es otra forma de denominar al estado aconfesional; esto es que no está adscrito a ninguna confesión religiosa. Pero no porque las rechace, al contrario, es así porque asume y valora  la creencia en Dios común a la mayoría.

3. El laicismo pretende confundir las confesiones religiosas con el hecho religioso universal de la creencia en Dios. El laicismo que intenta arrojar toda concepción religiosa del espacio público es una forma de ateísmo enmascarado. Esta es la razón por la cual prácticamente y fuera de dictaduras no hay un estado laicista real; incluso Francia, donde radica el origen histórico de esta idea política, fluctúa según la época en la aplicación de leyes laicistas de exclusión religiosa.

4. Los ateos no pueden imponer su negación del sentido religioso a la mayoría. El Estado no tiene religión porque reconoce y respeta al Dios de todos sus ciudadanos, no en una formulación sincrética inventada sino en el reconocimiento de las distintas confesiones.

5. La religión es un valor fundamental de la sociedad plural y los poderes públicos han de facilitar su manifestación y la formación en la cultura religiosa propia y el conocimiento de las demás.

6. El Estado colabora con las confesiones religiosas en lo que es propio de ambos y facilita su  libertad, labor y ejercicio público.

7. Toda experiencia religiosa forma parte de una historia y de una cultura que han configurado la sociedad de cada Estado. Tal experiencia, en razón de un criterio democrático, ha de tener un reconocimiento específico porque es portadora de un componente fundamental para el conjunto de la sociedad: la tradición cultural.

( Publicado en Fórum Libertas)